Niña ejerce derecho a ser oída en audiencia de cuidado personal en Corte de Apelaciones de La Serena

La Segunda Sala de la Corte de Apelaciones de La Serena en una causa de familia sobre cuidado personal de una niña de 12 años decidió, luego de escuchar los alegatos de las partes, decretar como medida para mejor resolver, extender una invitación a la preadolescente para comparecer a una entrevista con el ministro presidente de la sala,  y ejercer su derecho a ser oída en todas las instancias.

La niña a través de su curadora ad litem, profesional del programa Mi Abogado, confirmó su asistencia y fue entrevistada por el ministro Felipe Pulgar Bravo en una sesión telemática, la que se realizó minutos antes de la audiencia de conciliación a la que los intervinientes fueron convocados.

“Esta instancia es un motivo de profunda emoción, porque veo como los principios de la Convención de derechos de niños y niñas, y de la ley de garantías, han ido permeando en las cortes de apelaciones, entendiendo que al resolver asuntos de familia los ministros también somos jueces de familia, por lo que debemos garantizar el ejercicio de los derechos de los niños y niñas, en particular, el de participación. En este caso la conversación con la niña fue bastante fluida, ella manifestó su postura y fue lo que en definitiva la corte respetó”, expuso Pulgar.

Una vez escuchada a la niña en audiencia reservada, se formularon a las partes las propuestas de acuerdo, que fueron acogidas por la sala –integrada por los ministros Felipe Pulgar, Iván Corona y la abogada (i) Elvira Badilla- culminando la causa  por conciliación, conectándose con posterioridad el mismo ministro con la preadolescente para explicarle los resultados de dicha instancia y exponer que su interés manifiesto fue el que primó.

“La formación en entrevista a niños nos plantea el desafío de que la audiencia reservada no termina con la recepción de los antecedentes que los niños y niñas nos quieran aportar, sino que es también relevante para ellos y para el cierre de ese proceso poder comunicarles qué hicimos con esos antecedentes y, en este caso, eso permitió darle tranquilidad a la niña de que la invitación no es solo para obtener información, sino que tiene un real sentido de mirarla como sujeto de derechos”, concluyó Pulgar.