En reflexión fieles de La Serena vivieron Viernes Santo: Hubo Vía Crucis por las calles del centro

En el templo “San Agustín” de La Serena, ubicado en el tradicional sector de La Recova, fue convocada la comunidad de fieles católicos la tarde de este viernes 15 de abril, desde donde se dio inicio al Vía Crucis, organizado por la parroquia “El Sagrario-La Merced” del centro de la ciudad colonial, el cual no se efectuaba de forma presencial desde el año 2019.

“Es un día muy significativo para todos nosotros, los discípulos misioneros del Señor. Naturalmente son variados los sentimientos que se expresan, entre ellos, la alegría del reencuentro con las personas que han vivido el Vía Crucis, como también la tristeza al escuchar estos textos bíblicos que nos hacen presente el misterio tan grande de la Pasión y la Muerte del Señor por nosotros y nuestra salvación”, manifestó el Arzobispo René Rebolledo Salinas.

En un ambiente de mucha reflexión y recogimiento, pero también de alegría y esperanza, se vivió el recorrido por la calle Prat hasta llegar a Los Carrera, donde se ubica la Iglesia Catedral. Y es que tras dos años de vivir el tradicional Vía Crucis de modo virtual, el reunirse significó un momento de “mucha emoción para mí. Venimos ante el Señor crucificado a pedirle por las familias, por nuestro país, como también por el fin de la guerra”, indicó Patricia Lagunas, feligresa de La Serena.

Para Ricardo Ponce, quien después de mucho tiempo volvió a vivir esta celebración, también fue una ocasión propicia para “llamar a la comunidad y a los católicos en general a unirnos para pedir por la gente que sufre y que lo está pasando mal en este momento, sobre todo los países que están en guerra, las personas en situación de vulnerabilidad o que tienen menos acceso a lo básico para subsistir. Retomar esta tradición era algo que hacía falta y necesitábamos”.

Finalmente Carlos Herrera, laico venezolano que llegó a la zona hace cinco meses, manifestó que “fue un momento muy esperado por nosotros los feligreses, tener este espacio para venir y pedir por nuestros familiares, especialmente ante la situación sanitaria que se vive a nivel mundial. Cargar la cruz durante la procesión, de alguna manera es una retribución de gratitud a Dios por protegernos y mantenernos con buena salud”.