Fieles fueron parte de un emotivo Viernes Santo con Vía Crucis viviente

Las actividades iniciaron en horas de la mañana con un Retiro Espiritual guiado por el Pbro. Ángel Pizarro Chirino, el cual tuvo lugar en el templo Catedral. La reflexión, centrada en el significado del Jubileo y la esperanza desde la Palabra del Señor, fue seguida atentamente tanto de forma presencial como a través de diversas estaciones radiales y plataformas digitales, permitiendo así la participación de comunidades, familias desde sus hogares, como desde parroquias y capillas de la Arquidiócesis.

A las 16:00 horas, en el convento “San Agustín”, se dio inicio al Vía Crucis viviente, que representó la Pasión y Muerte de Jesucristo. A lo largo de calle Prat, y hasta la Catedral Metropolitana, se desarrolló la procesión que estuvo presidida por el arzobispo Rebolledo junto al Pbro. Alejandro Silva, párroco de “El Sagrario – La Merced”. La representación estuvo a cargo de actores profesionales adscritos a la Ilustre Municipalidad de La Serena, quienes ofrecieron una puesta en escena conmovedora y profundamente significativa. La emotiva dramatización concluyó en la plaza San Juan Pablo II, con la escenificación de la crucifixión del Señor ante la mirada atenta y emocionada de los cientos de asistentes.

Finalmente, a las 18:00 horas, en el templo Catedral se celebró la Liturgia de la Pasión del Señor con la Adoración a la Santa Cruz, en la que participaron numerosos fieles que colmaron el templo Catedral. En su homilía, Mons. Rebolledo invitó a tener presentes en este día a todos los que sufren: “Tanto en el Vía Crucis, como en la Liturgia de la Pasión del Señor, tenemos especialmente presete a las hermanas y hermanos que por una u otra razón están sufriendo, corporal o espiritualmente, en hospitales, centros penitenciarios o en sus propios hogares. El Señor, por su pasión, los fortalezca en su dolor, también a cuantos con amor les está cerca y les atienden, procurando su bien. Rezamos también por cuantos sufren persecución a causa de la fe y por seguir a Cristo, el Señor. El que les llamó a seguir sus huellas, los aliente y colme en la esperanza.

“Ver este año el Vía Crucis viviente e interpretado por actores fue muy sentido y mostró de manera cruda lo que Jesucristo sufrió para salvarnos del pecado”, expresó María Elena Hernández, joven de la capital regional, quien participó de cada momento con fervor. “La principal motivación es acompañar a mi Señor en su dolor, porque Él dio la vida por mí y por todos nosotros”, agregó.

De este modo, los fieles vivieron un Viernes Santo en familia y en la comunidad, rememorando el sacrificio Jesús y preparando los corazones para la celebración de su victoria sobre el dolor y la muerte.